Hoy en día gracias a los servicios de computación en la nube como pueden ser servidores, discos duros virtuales o software de varios tipos, podemos realizar nuestro trabajo en cualquier lugar que disponga de un ordenador y conexión a Internet. También gracias a la profunda digitalización de nuestro entorno, en las empresas se ahorran tiempo, costes y espacio físico de almacenamiento.
Sin embargo, y aunque los desarrolladores de los diferentes servicios que usamos para el día a día de nuestro trabajo diseñen las aplicaciones más seguras posibles, se ha demostrado que uno de los principales problemas para mantener nuestros datos protegidos es que los usuarios no elegimos y manejamos las contraseñas de la forma adecuada. El que nuestros datos estén disponibles a un golpe de ratón también trae riesgos para la seguridad de los mismos si no tomamos las oportunas precauciones.
El primer error que cometemos es utilizar la misma palabra (o grupo de dígitos) como contraseña para todos aquellos servicios que nos la requieren. Desde la administración de nuestro sitio web hasta el acceso a la banca electrónica, tendemos a usar siempre lo mismo para evitar olvidarlo y esto nos puede dar algún disgusto si una de las cuentas con menos seguridad es hackeada. Por tanto, evita que tu contraseña sea la misma para todo.
Si no queremos que cualquier persona pueda adivinar nuestro código de acceso, las contraseñas no deben estar basadas en nuestros nombres, el de nuestros mascotas, fechas de nacimiento o similares. Lo recomendable es que elijamos consignas de al menos 8 caracteres en las que se mezclen números y letras mayúsculas y minúsculas.
También es recomendable cambiar las contraseñas de aquellos servicios que contienen información sensible con regularidad (email, banca a distancia y similares). Al menos cada 3 meses elige una nueva y siempre que tengas sospechas que alguien ha podido conocerla.
Por último y lo más importante (y dificil) de todo, memoriza cada una de las contraseñas. De nada sirve que tengamos claves seguras si las dejamos apuntadas en un post-it junto a nuestra mesa de trabajo.
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