En los círculos de blogging y webmastering es habitual que se confunda, a menudo, el objetivo de un sitio web. Hay muchos webmasters que se quedan maravillados al tener un gran número de visitas, pero, en realidad (y esto lo saben muy bien los que llevan un tiempo dedicándose al mundo de las ganancias por internet), lo que importan, no son las visitas, sino las conversiones.
Por “conversión” se entiende aquél proceso que queremos que el usuario realice en nuestro sitio porque nos reporta un beneficio. En este sentido, una conversión puede ser un registro, una compra, un clic en un anuncio,… Es por ello que, aun teniendo muchas visitas, podemos tener un porcentaje bajo de conversión, si no tenemos la web optimizada para ello.
Aumentando las conversiones
Para aumentar las conversiones, en primer lugar, será imprescindible determinar de qué tipo de conversiones se tratan. En la mayoría de casos, invitar al visitante a realizar la acción que nos reportará un beneficio, ayuda a que la realice. Sin embargo, si nuestra intención es que haga clic en un anuncio, no podemos incitarlo a hacerlo, ya que iría contra las políticas de la empresa que se publicita (en la mayoría de los casos).
En caso de que no sea así, es una gran idea motivar al visitante para que realice la acción. Por ejemplo, si lo que queremos es que se registre en nuestro sitio web, podemos mostrarle cuáles son los beneficios de ser miembro de nuestra comunidad. Lo mismo ocurre si lo que queremos es que se suscriba a nuestra newsletter.
Sin embargo, si lo que queremos es vender un producto, ya sea nuestro o de un tercero, es mejor jugar ligeramente con el marketing y la psicología del visitante. Sería una buena idea, por ejemplo, realizar un buen artículo sobre el producto, hablando de sus características y beneficios, y enlazando, al final del mismo, a una landing page clara e irresistible visualmente, donde el visitante pueda realizar la compra.
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