Hoy terminamos el repaso a las técnicas para optimizar nuestros ingresos como trabajadores independientes que comenzamos aquí.
- No te olvides de cobrar la gestión del proyectos
¿Te acuerdas que hemos señalado que en el presupuesto se especifica el precio por lo acordado con el cliente, y que lo que quedase fuera del acuerdo se cobraría como un extra? Pues, salvo que se especifique lo contrario, el tiempo perdido en responder al teléfono, escribir emails, tener chats por Skype para resolver preguntas, etc., es un tiempo dedicado al proyecto, que no se había especificado en el acuerdo.
Ese tiempo de gestión del proyecto también debes cobrarlo. La mejor forma de hacerlo es añadir un X% al precio final. Recuerda que debes incluirlo en el presupuesto. Señálalo con claridad, que al cliente no le quepan dudas: Tu tiempo vale oro porque tu trabajo es bueno, y el tiempo que se pierde discutiendo los pormenores del proyecto, son responsabilidad del cliente.
- Si estás a tope, delega
Cuando las cosas empiezan a ir bien, es habitual que te lleguen proyectos asiduamente, y las horas al día no aumentan, siguen siendo 24. Cuando eso sucede, es la hora de contratar a alguien que te ayude en el trabajo.
Contratando a alguien con experiencia y habilidades semejantes a las tuyas, puedes obtener un margen de beneficio importante sin apenas realizar esfuerzos. Además, la reputación seguirás siendo tú quien la gane.
No obstante, he de mencionar que también serás tú quien pierda reputación si el resultado del trabajo de aquella persona a la que has contratado no es satisfactorio. Por ello, deja bien claro los términos en los que vais a trabajar, y si el resultado no te parece lo suficientemente bueno, toma medidas.
No es necesario mencionar la existencia de estos colaboradores a los clientes, aunque, en ocasiones, puede ser interesante plantearlo por encima. Avisar de que dispones de un equipo que trabaja junto a ti en ocasiones. Esto puede ser beneficioso en algunos momentos concretos, pero, por lo general, no es necesario.
Por último, señalar que cuando este momento llega, las cosas empiezan a cambiar. Es el momento de establecerse como empresa (o no, pero es recomendable), y empezar a generar branding de una marca, agencia o estudio, donde destaque la marca general que ya habías generado hasta el momento.
- Comunícate rápido
En el mundo actual, todo va muy deprisa. No puedes tardar un día en contestar a tus clientes, porque ellos tienen prisa, y tú también deberías tenerla. Debes tener a tu alcance las herramientas de comunicación necesarias para que, en cualquier momento, puedas responder a las inquietudes de tus clientes.
Incluso en los momentos en los que no puedes resolver los problemas del cliente en ese preciso instante, es importante mandar un mensaje breve avisándole de que en ese momento no estás en la oficina, y que le darás una respuesta en X tiempo.
La velocidad de respuesta es similar a la puntualidad. Son marcas que hay que cuidar, porque transmiten profesionalidad.
- Deja claros los detalles
En ocasiones, recibirás proyectos mal explicados o con los plazos de tiempo muy ajustados. Es importante no ponerse a trabajar en este tipo de proyectos sin antes entender a la perfección que es lo que se te está pidiendo.
En esas ocasiones, es habitual que respondas a su email, él te responda, tú le plantees dudas, el te las plantee a ti, etc. ¿El resultado? Una maraña de emails que generan confusión, y al final ni tú ni el cliente tenéis claro lo que habéis acordado.
En dichas ocasiones, es preferible generar un documento en Google Drive, al que ambos tengáis acceso, y sobre el que podáis hacer modificaciones hasta alcanzar un consenso que ambos entendáis a la perfección.
Quizá parezca que esto puede echar para atrás al cliente, pero lo cierto es que, de nuevo, estás transmitiendo profesionalidad, por lo que el cliente preferirá trabajar contigo antes que con otro.
Y, aunque prefiera trabajar con otro, piensa que es mejor no haber aceptado un trabajo que podría haberte supuesto varias horas de trabajo para obtener un resultado que no era lo que el cliente estaba esperando.
- Cobra un porcentaje por adelantado
Hay varias razones para ello. La primera, y más obvia, es comprobar que el cliente está en condiciones de pagarte el trabajo. La segunda, es poder hacer frente a determinados gastos que puedan ir unidos al proyecto sin dejar de trabajar (aunque más tarde se los cobres, si no estaba acordado de este modo). La tercera, que, en caso de que al final no te pague (lo cual es poco probable si hacen un primer depósito), tu trabajo no habrá sido completamente gratuito.
Si el cliente se muestra reticente a hacer el depósito, no trabajes con él. Así de sencillo. Si tú estás haciendo tu mayor esfuerzo por ofrecer un servicio de calidad y profesional, lo mínimo que debes exigir a tus clientes es que ellos también sean serios y profesionales.
Si son incapaces de hacer el depósito, es poco probable que te paguen el proyecto una vez lo hayas terminado.
- Cuando crezcas, constituye una empresas
Cuando las cosas empiezan a ir bien y tu proyecto se vuelve escalable, es hora de montar una empresa. Aquí te dejo algunas razones de por qué deberías hacerlo:
- Control total del nombre de tu compañía
- Demostración a los clientes de que eres serio y estás legitimado
- Facilita la escalabilidad y la contratación de empleados
- Te permite trabajar con mayor facilidad con otras empresas
- Puedes crear un branding mucho más potente que como freelancer
- Mejoras en lo relativo a la fiscalidad (dependiendo del país)
Si de verdad pretendes crecer y obtener mayores ingresos, constituirte como empresa es una necesidad.
Últimas reflexiones
Estos consejos te ayudarán a dar el paso de ser un simple freelancer del que poca gente se fía, a ser un auténtico profesional en tu sector, capaz de crecer hasta formar su propia empresa en el sector que te apasiona.
¿De verdad vas a dejar pasar esta oportunidad?
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